La primera mujer soldadora y profesora de Soldadura en Canarias
África Quintero: “La inserción laboral en esta profesión es muy alta (…) Tus límites te los pones tú”.
África Quintero es la primera mujer soldadora y profesora de Soldadura que hay en Canarias. Actualmente, desarrolla su actividad profesional, en este ámbito tradicionalmente masculinizado, en los cursos que se imparten en Femete (La Laguna). Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora mañana, 8 de marzo, hablamos con ella.
-¿Quién es África Quintero?
-África Quintero es una mujer venezolana, hija de españoles, que reside en Canarias desde hace muchos años. Estoy titulada en Fisioterapia, donde he trabajado cerca de veinte años. Ahora, soy docente de Soldadura en Femete. Estoy orgullosísima de ser mujer y de transmitir mi humilde experiencia. En líneas generales, me defino como una mujer luchadora.
-¿Cómo entraste en sector de la soldadura?
-Hace tres años, aproximadamente, como mi hijo estaba estudiando y las tardes trabajaba como fisioterapeuta, aproveché las mañanas que tenía libres para entrar en el proyecto “+ iguales soldando”, que impulsaba la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y que se impartía en Femete con la colaboración la Sociedad de Desarrollo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Ahí, dieciséis mujeres nos formamos en el sector de la reparación naval y plataformas petrolíferas durante ocho meses. Recibimos 410 horas de formación teórico-práctica y 100 horas de prácticas laborales en empresas del sector.
-¿Qué te parece esta profesión?
-Sin duda, la soldadura es una profesión tradicionalmente masculinizada. Lo que nunca me imaginé es que este sector contara con tantas posibilidades laborales. Desde luego, el mundo del metal es duro, fuerte. Siento admiración por quienes trabajan en este ámbito.
-¿Por qué diste el paso para entrar en este mundo?
-Al principio, no pensaba que fuese a trabajar en este ámbito. Por mi edad, consideraba que lo iba a notar en el aspecto físico por el desgaste que tenía. Sin embargo, después de formarme y de trabajar en un taller de construcciones metálicas, surgió la oportunidad de acompañar como profesora a uno de los más prestigiosos soldadores y docente de Soldadura que hay en España, Antonino Eres. Dije que sí y aquí estoy. Encantada. Ahora mismo, formando en Femete a la segunda edición del proyecto Tenerife Naval, una iniciativa que está subvencionada por el Cabildo a través del Marco Estratégico de Desarrollo Insular (MEDI) y el Gobierno de Canarias a través del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan). Cuenta con tres grupos, cada uno de dieciséis personas, entre ellas tres mujeres. El objetivo es que se cualifiquen en el ámbito de las reparaciones navales (soldadura con electrodos revestidos, TIG y MIG-MAG, soldadura subacuática, seguridad y prevención de riesgos laborales) y en competencias marinas para que tengan la oportunidad de acceder a una ocupación con elevadas perspectivas de conseguir un puesto de trabajo.
-¿Hay opciones para una mujer en profesiones tradicionalmente masculinizadas?
-Por supuesto que sí. Se puede decir que es un terreno virgen para la mujer con altísimas posibilidades de inserción laboral. De hecho, durante los últimos cursos que hemos impartido en Femete, en torno al noventa por ciento del alumnado ya está trabajando. Lo mejor es que se informen. Aquí facilitamos los mejores medios y el mejor equipo técnico multidisciplinar para que consigas tus objetivos. Femete imparte constantemente cursos en áreas como automoción, instalaciones eléctricas, climatización, telecomunicaciones, etc., donde la mujer puede participar perfectamente. Y de hecho cada vez vemos más mujeres en estos cursos. Muchos son gratuitos porque los subvencionan las administraciones públicas. Es cierto que el esfuerzo para homologarse o titularse es importante. Día a día durante meses. Pero merece la pena porque ofrece, insisto, muchísimas posibilidades laborales.
-Finalmente, ¿qué les dirías a las mujeres?
-Mi mensaje es que los límites se los pone una misma. Si son cortos, te quedas corta. Si son largos, llegas más lejos. Tenemos mucho poder. Lo importante es saber dónde lo tienes y cómo utilizarlo. Podemos hacer cualquier cosa cuando planteamos bien nuestros objetivos. Eso sí, que sean alcanzables. Porque no hay absolutamente nada que no podamos lograr. Pide ayuda. Infórmate. Por ejemplo, en Femete. Y lucha por ello. Hay oportunidades. Escoge la tuya y aprovéchala. Luego, dependerá de ti. Recuerda: no tenemos límites. Solo los que tú te pones. ¡Adelante!