Fallece Don Bienvenido Martín, ex presidente de Femete y de Asintra
“Quiero mandarles un abrazo muy fuerte. Decirles que se sientan orgullosos de pertenecer a Femete y Asintra. Ustedes forman parte de mi familia”. Son las últimas palabras que nos regaló Don Bienvenido Martín Fernández, ex presidente de Femete y fundador y ex presidente de Asintra, que falleció el pasado sábado. Este vídeo, grabado en 2018 con motivo del 40 aniversario de Asintra, sirve para rendirle un emotivo y merecido homenaje. Transmitimos nuestro sentido pésame a su esposa, a sus hijos y a su familia. Don Bienvenido es y siempre será historia de Femete y de Asintra. Gracias por su trabajo, por su lealtad, por su compromiso… Descanse en paz.
OBITUARIO
UN PROFESIONAL CABAL
“In memoriam” de Bienvenido Martín Fernández
Por Nicolás Soriano, ex presidente de Femete
Hace escasas fechas falleció el que fuera fundador y presidente de la Asociación Industrial de Talleres de Reparación de Automóviles (Asintra) y a su vez, presidente de la Federación de Empresarios del Metal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (Femete) -hoy ampliada con las Nuevas Tecnologías- y, por ende, en la CEOE de Tenerife, Bienvenido Martín Fernández.
Hasta su nombre nos da la clave para entender lo que significaba el comportamiento que Bienvenido tenía con todo el mundo -con su familia, en su empresa y en todas sus relaciones sociales- pues solo con su presencia era, en verdad, deseado, bienvenido. Pero es que además poseía un carácter alegre, positivo, optimista y extrovertido, acompañado de una muy buena empatía. Lo conocí como profesional y puedo asegurar que se distinguía por su honradez y rectitud; era un profesional cabal. Cuando se exalta a alguien muchas veces se suele acompañar a su profesionalidad un elogio similar a su persona hasta el punto de que la expresión “no solo era un gran profesional sino también una gran persona” ha llegado a convertirse en un tópico. Referido a Bienvenido, no es un tópico ni un lugar común, es una verdad. La vida personal y familiar de Bienvenido fue ejemplar. Era un buen esposo y, para sus dos hijos, fue un buen padre. Cuando Bienvenido pensó en un técnico para incorporar a su taller le ofreció el puesto a su hijo Javier, titulado Ingeniero Técnico Industrial como él, que aceptó gustoso. El día de su entierro me contó con toda naturalidad que gracias a su padre aprendió de él, en su empresa y fuera de ella, todo cuanto él es: el trato con sus colaboradores, ya fueran proveedores, personal propio o clientes; la forma de encarar y resolver los problemas; la explicación de las diagnosis; la justificación de las facturas… “A él se lo debo todo”, me dijo. “Con mi padre aprendí más que en toda la carrera; con él hice un Master como si de la mejor Escuela de Negocios se tratara”. A mí, lo que más me emocionó fue saber que su padre escuchó muchas veces este agradecimiento por boca de su hijo. ¡Qué orgulloso tendría que sentirse!
Su gran obra, dentro del mundo empresarial, fue la creación en 1978 de Asintra que presidió durante catorce años y que, junto con otras incipientes asociaciones del sector, formaron la Federación de Empresarios del Metal de Tenerife. Tuve la suerte de coincidir con él cuando a la misma se incorporó la empresa en la que yo ejercía como director de RR.HH., Nuevos Varaderos, S.A. (NUVASA), empresa dedicada a la reparación naval, la más importante del sector del metal en Tenerife, con doscientos trabajadores. Cuando su Junta directica me eligió para presidir Femete (1981-1983) me sirvió de gran ayuda el contar con la experiencia y conocimientos de Bienvenido, miembro destacado de aquella junta y más tarde elegido también presidente. Por iniciativa suya elaboramos el primer logotipo y una placa de pertenencia a la Federación para distinguir así los talleres legales de aquellos otros clandestinos, lo que dignificó a los primeros y estimuló a los segundos a abandonar la economía sumergida animándoles a legalizarse. Muchas reuniones mantuvimos con los profesionales del ramo por toda la isla de Tenerife y por otras islas, para hacerles tomar conciencia de la dignidad de ser empresario y mostrarles las ventajas de estar asociados, unidos. Especialmente recuerdo sus habilidades para la negociación de los convenios colectivos del sector. Eran los años de la Transición Española, tiempos muy convulsos y reivindicativos, en los que la figura del empresario estaba denostada, ridiculizada y atacada. Bienvenido fue todo un ejemplo digno de ser imitado, y perdurable, sostenible, se dice hoy. Mucho tienen que agradecerle los empresarios de nuestra provincia.
La desaparición de Bienvenido Martín Fernández me hace revivir unas preciosas palabras de Heminway: “La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas la pregunta por quién doblan las campanas: doblan por ti”.
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